En la costa este de Cabo Cabrón, un lienzo de pared que se derrumbó ofrece la posibilidad de entrar adentro de aquella.
La entrada, situada mas o menos a 23 metros de profundidad, da un acceso a la parte trasera de este enorme pedazo de roca. Para dar la vuelta, una subida a 10 metros es necesaria. Y para salir, una bajada a 16 metros se impone.
Es un espectáculo grandioso, las linternas no son necesarias porque la luz del exterior llega hasta el fondo de la cueva.